viernes, 28 de septiembre de 2012

He looks at you.


Pasan segundos, minutos, horas, e incluso días, pero esa llamada que me prometió no llega. En esos momentos intento pensar en cualquier otra cosa que no sea él, pero me es imposible, me dió su palabra y no la cumplió. No siento tristeza, siento odio, decepción, pero sobretodo ira. Decido pasar del tema, escribir otra página en mi pequeña historia, pero la llamada llega. Me dice que lo siente, busca cualquier excusa para que me tranquilice, dice que quedemos el viernes a las 7 en el parque, y yo como cualquier niña tonta me lo creo, y voy. Ese mismo día llego al lugar, y no me encuentro a otra persona que él, veo que me saluda, yo le devuelvo el saludo, y se encamina hacia mi. Pretendo hacer lo mismo, asi que yo tambien voy caminando hacia él. Y cuando esta a 1 metro mío, abro los brazos para abrazarle, pero él no me corresponde con el mismo gesto. Al revés sigue andando, pasa de mí , como si solo fuera un fantasma al que nadie ve, y sigue caminando hacia una chica. Al llegar le planta un beso. Me entran ganas de gritar, de gritarle a él, de girtarle a todo el mundo. Pero mi corazón me dice que ese chico no se merece ni mis gritos. Así que emprendo el camino de vuelta a mi casa. Dicen que lo último que se pierde es la esperanza, pues esa tarde, mi esperanza se triplicó, pensando en que algún día, por muy díficil que me sea, me podré olvidar de él. 

A día de hoy, aún no lo he conseguido.

2 comentarios :

  1. me he pasado por tu blog, y esta entrada es... :3 bueno que sepas que tienes una nueva seguidora!

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  2. Precioso, en serio. A mi también me cuesta olvidar, pero sólo de pensar lo que hace se me hace realmente fácil. Estoy segura de que muchos que merecen la pena de verdad. Pásate por mi blog, un beso.

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